miércoles, 25 de agosto de 2010

Homenaje a Nelida Roca



El carisma y el esplendor que desplegaba sobre el escenario lograron que su nombre se transforme en sinónimo de vedette, y a su vez que la palabra “vedette” goce de un infinito prestigio. Hace diez años, Nélida Roca “se fue de gira”, pero en la memoria colectiva de los argentinos vivirá para siempre el recuerdo de su impronta, caracterizada por una enorme influencia del Lido de París, adaptada al sentir nacional. Icono porteño de los años 60, fue bautizada por el público como “la Venus de la calle Corrientes”, luego de brillar junto a Dringue Farías y Adolfo Stray. Según cuenta la leyenda, no hubo vedette que descendiera la escalera en la revista como ella, y además tuvo un cierre glorioso de su carrera, compartiendo marquesina, en 1974, con Susana Giménez en el show “La Revista de Oro”, en el teatro Astros.
Agosto de 2010, una vedette de la nueva generación rinde un sentido tributo a Nélida Roca para CARAS, con el máximo respeto y admiración.“Naturalmente que no estoy a la altura de Nélida, pero me encantaría llegar a estarlo algún día. Ella me inspira —aclara Adabel Guerrero (31), feliz por lucir para las fotos los mismos diseños que usaba la recordada gloria del teatro de revistas—. Este es un homenaje desde mi deseo de alcanzar alguna vez esa excelencia. De a poquito, trabajando un montón, llegué a ser primera vedette. Otro de mis sueños es destacarme haciendo comedias musicales, aunque no sé qué rumbo tomará mi carrera”, dice la primera vedette de “Carnaval de Estrellas”, el music hall producido por Daniel Comba, que rompe la taquilla del teatro Broadway en la calle Corrientes (luego de haber sido el máximo suceso de la temporada de verano, en Villa Carlos Paz).


Adabel despliega todo su encanto junto a figuras de la talla de Estela Raval, Raúl Lavié y Juan Carlos Calabró, entre otros, en una puesta en escena que sorprende por su estética, basada en los carnavales de Venecia “La palabra vedette significa ‘el que brilla o sobresale’, por eso en nuestro espectáculo todos nos consideramos vedettes, porque todos somos estrellas Yo ocupo el papel de la mujer sensual que muestra su cuerpo, pero con un agregado que se fue perdiendo Considero que una verdadera vedette debe cantar, bailar, tiene que sustentar con otros talentos su belleza física, y yo lo hago —afirma Guerrero, reiniciando sin pretenderlo una antigua polémica con respecto al devaluado género revisteril— Tanto Nélida Roca, como después Nélida Lobato o Ambar La Fox, eran vedettes muy completas Estela Raval me contó que en esa época las vedettes estaban obligadas a tener una gran formación”, agrega.

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